lunes, 3 de septiembre de 2012

CHARCO DEL NEGRO

Es un lugar recóndito, un espacio donde la tranquilidad y el silencio son los protagonistas. Se trata del Charco del Negro, ubicado en Santa Úrsula. Hasta este idílico lugar, conformado por una especie de gran piscina abierta al mar y esculpido en una base de basalto, se accede por un sendero que en la actualidad no recibe numerosos transeúntes a causa del mal estado del terreno. Dicho camino parte del denominado mirador de Lomo Román, una ventana natural abierta hacia el Valle y el océano Atlántico desde donde se puede disfrutar de una espectacular puesta de Sol.



En diferentes zonas del sendero se encuentran cuevas que sirvieron en su momento como reducto pastoril a los aborígenes que allí habitaban, los guanches. Este amplio enclave cuenta con una gran biodiversidad tanto vegetal como faunística, destacando dentro de los vertebrados la presencia de varias especies de avifauna protegida, tales como pardelas, petreles, cernícalos y búhos, entre otros animales.


Justo a la mitad del sendero se dibuja la curiosa curva de las cruces, lugar donde los visitantes hacen una cruz con restos de la vegetación propia del lugar para que les proteja en su camino.



Siguiendo el recorrido se pueden apreciar los cañaverales con el mar cristalino de fondo, a modo de oasis, encaramado al pendiente acantilado que ha crecido al abrigo de un pequeño manantial. Sobre el origen de su nombre, Charco del Negro, se conocen, al menos, dos versiones. Por un lado, una apunta que el color negro del basalto donde se encaja este brazo de mar dio nombre al lugar. 



Mientras que la otra versión habla de la existencia en tiempo remotos de un personaje que utilizó las cuevas en la ribera del charco como vivienda, y dado el color oscuro de la piel de este morador, los lugareños denominaron a ese rincón con dicho nombre.





En sus inmediaciones se localizan tres cuevas construidas de forma artificial, aunque todo apunta a la creencia que en un primer momento existían tres pequeños orificios. La última actuación que se llevó a cabo en estas formaciones se realizó por un particular en la década de los 70. Más tarde, fomentó la creación del actual sendero para hacer más transitable un recorrido peligroso que solo permitía acceder a pescadores y cabreros experimentados.



Por otro lado, el Ayuntamiento de Santa Úrsula ha pedido al Cabildo y a Costas, que de el visto bueno para la rehabilitación del camino y facilitar así, la llegada de personas a este privilegiado rincón.



2 comentarios:

  1. Precios paraje de nuestra amada Isla..

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  2. Gracias anónimo, todavía a día de hoy hay lugares de nuestras costas desconocidos para una gran mayoría de canarios que prefieren explorar en tierras lejanas, olvidándose de lo nuestro y cercano......un abrazo

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